Cuando veas injusticia, desamor, sufrimiento, no te preguntes ¿Dónde están las manos de Dios? En tus manos está la mano de Dios.
Las manos de Dios somos "TU y YO", los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje de sembrar un mundo más humano y más justo.
En nosotros está la posibilidad de desafiar el dolor, el odio, la crítica y todo cuanto se ponga en nuestro camino a la felicidad.
Quizás hoy, nuestras manos están sin llenar, no han dado lo que deberían de dar y no han sabido compartir el amor que Dios nos da. Aprendamos a usar esa luz de Dios para amar y conquistar la grandeza de la creación.
El mundo necesita de esas manos llenas de ideales, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización que busque valores superiores, como el amor, el perdón, la compasión y la generosidad.
Todos esos valores están dentro nuestro, habitan en nuestro Ser Superior, quien no es otra cosa que una porción de las Manos de Dios.
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