PARA CON LOS DEMÁS:
1. Lo que existe en tu interior es lo que darás y por lo tanto es lo que recibirás, ya que para las Leyes del Universo "dar y recibir son la misma cosa".
2. Intenta ver en todas las personas, en todas las cosas y en todas las circunstancias, una misma mente igual a la tuya: la Mente de Dios.
3. Ofrece a los demás comprensión y ayuda en lugar de sentir enemistad y competitividad.
4. Elogia a las personas que alternan normalmente o circunstancialmente contigo.
5. Recuerda permanentemente que tu propósito en esta vida es lograr amor, paz y alegría.
6. Trata de estar con gente que sea de tu agrado y también trata de agradarles.
7. Escapa de los comentarios negativos y desagradables.
8. Brinda la sonrisa a todas las personas con quien te cruces en la vida, aunque al principio te resulte forzado o no tengas ganas.
9. Busca hacer reír a los demás, y sentirás que es uno de los mejores bienes que puedes poseer.
PARA CONTIGO MISMO:
1. Regocíjate de la abundancia que representa despertarse cada mañana frente a la experiencia de un nuevo día.
2. Agradece constantemente todo lo que tienes: desde un fósforo, pasando por tus bienes ya sean muchos o pocos, los seres queridos, hasta el sol si está brillando o la lluvia si está cayendo.
3. Bendice permanentemente todas tus tareas: las livianas y las pesadas, las que te gustan y también las que no te agradan tanto.
4. Alégrate de vivir, de estar sano, de tener familia, o pareja, y amigos, de ser creativo.
5. Esfuérzate por ocupar tu mente con pensamientos positivos, en lugar de los negativos que siempre te abruman: "según pienses así será".
6. Cuida y corrige tu lenguaje y abandona el hábito de protestar y de hablar de escasez.
7. Adopta una actitud de alegría pensando con humor, manteniendo tu mente abierta y permitiéndote "ver" las situaciones que te toca vivir de manera divertida.
8. Ríete todos los días lo más que puedas; si es posible en compañía y, sanamente, ríete de ti mismo y contigo mismo.
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