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Aprendamos a Meditar


Busca un sitio donde estés solo sin interrupciones y que te sea cómodo: en una silla, butaca, sofá, algo donde estés a gusto, colocas la  espalda recta y las manos encima de tus muslos.
Cierras los ojos y tomas aire por la nariz y lo echas por la nariz, retén el aire dentro de ti unos momentos, lo haces 3 veces y retomas tu respiración normal.
Para que no te asalten pensamientos que andan siempre por ahí, visualiza tu pie izquierdo, lo visualizas como si lo acariciaras: tus deditos, la planta del pie, el empeine, el tobillo y le dices relájate... Comienza siempre por el lado izquierdo porque es por ahí donde nos entra la energía...
Subes por tu pierna hasta la rodilla le das otra sonrisa, subes por tu muslo hasta la cadera. Inmediatamente te vas al pie derecho, igualito que hiciste con el izquierdo, despacito...
Nos visualizamos la parte posterior donde están los riñones; cada uno de nuestros riñones y les enviamos otra sonrisita...
Subimos por la columna vertebral... Recuerden que tenemos 33 vértebras y también le damos luz y le decimos relájate, llegamos a las cervicales y hacemos igual.
Nos encontramos con los hombros procedemos igual que las piernas, primero el hombro, brazo, antebrazo y mano izquierda luego la derecha.
Llegamos al cerebro,  nuestro motor principal, chacra coronario, lo visualizamos, le enviamos luz, le regalamos una sonrisita también, allí tenemos una glándula muy importante la glándula pineal.
Te visualizas todo el cerebro y vas a los ojos; allí le envías  besos, ves por dentro tu globo  ocular y lo envuelves de luz...
Vamos a la boca, el paladar también hay que relajarlo recuerda que en la cara hay muchos nervios y se contraen. Visualizas el paladar, las encías, los dientes, la lengua, todo sanito, lo envuelves en luz.
Ve ahora a tu garganta, es allí donde están las cuerdas vocales, tráquea,  faringe, esófago, hasta el estómago. Hacemos, pues,  un recorrido por nuestros órganos para llenarlos de luz y armonía.
Visualiza el estómago, al lado derecho tenemos el hígado y el páncreas lo envuelves en luz y le sonríes. Al lado izquierdo del estómago tenemos el bazo que ayuda al sistema inmune, abrázalo y dale también luz y sonrisas.
Ahora, sube un poquito, ve a tus pulmones, míralos, rosaditos, entrando y saliendo el aire por ellos. Dales una caricia de amor...
Al  mismo tiempo están los bronquios, dales luz para limpiarlos con cariñito y despacito regálales una sonrisita.
Ve al corazón, visualiza tu motor enviando rayitos de luz a todo tu organismo, para un poquito y siente como fluye la sangre por todas las venas y arterias...
Vuelve a bajar al estómago, se encuentra el duodeno, el intestino grueso y delgado, limpia y dale luz y caricias a esa parte.
Inmediatamente llegas a tu aparato reproductor sí, donde se encuentra tu chacra primario.
Las mujeres visualizan ovarios, trompas, útero; les envían todo el amor, luz y sonrisas.
Los hombres visualizan la próstata y harán igual.
Así regenerarás tus organos internos dándoles salud y los pensamientos no te molestarán para concentrarte y llegar a la relajación.
Ya al llegar a este paso debes sentirte relajado,  fuera de molestias externas, si es preciso tomas otra respiración siempre por la nariz y expulsas también por la nariz.
Entonces, sintiéndote suave te imaginas saliendo del techo de tu casa, de tu ciudad, de tu país, de tu planeta, ya nada te molesta ni tendrás por qué sentir temor, porque todo lo que se percibe es tranquilidad.
Los pies bien pegados al suelo, siempre sí. Ya visualizas tu planeta bien pequeñito a tu vista, has entrado a un estado meditativo y en conexión con tu Maestro Interior o con Dios con quien quieran sentirlo, imagínate estando en un paisaje que le sea muy lindo; imprégnate con ese lugar que visualizas...
Allí puedes hacer las preguntas, aclarar las dudas, todo lo que te ocupa. Una vez allí, dejas todo lo que te molesta en la vida mundana, en ese espacio de paz, porque Dios se ocupará de aliviar esa carga y alli no se siente perturbación, sólo confianza en que serás oído, que estás en presencia de nuestro Creador y eres amado.
Posteriormente, vuelves a regresar, tal como hiciste para elevarte. Vas viendo nuestro planeta cercano le dejas toda la luz y el amor, tu país, tu ciudad y tu casa  y comienzas a mover tuss miembros, mueves los pies, las manos. Abres los ojos lentamente, estás ya de regreso a casa sintiéndote suave, armonioso y con gran bienestar...
Gerdix

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy lindo ya lo puse en practica!