Páginas

El estrés y la Espiritualidad


Creer en un plan o un propósito divino puede reducir el estrés de forma radical. Tenemos que buscar lecciones, cosas que aprender, en todos los obstáculos de la vida. A veces, afrontar más obstáculos, es lo que nos permite avanzar en el ámbito espiritual, pues aprendemos las lecciones del alma a un ritmo acelerado. Cuando buscamos la lección que encierra un obstáculo o incluso una tragedia, logramos averiguar el propósito de ese suceso. Cuando hallamos su sentido, podemos elegir liberarnos del dolor y el sufrimiento.

Como dijo en una ocasión Pierre Teilhard de Chardin, el místico cristiano: 'No somos seres humanos que vivimos una experiencia espiritual, sino seres espirituales que vivimos una experiecia humana'. Y tenía razón. Al identificar la lección del alma, nos hallamos en disposición de crecer más allá del sufrimiento y, en ese estado de entendimiento, no existe el estrés.

La verdad es que estamos demasiados pendientes de los resultados de nuestras acciones. Si pudiéramos liberarnos de nuestra obsesión por los resultados, de nuestras valoraciones sobre el éxito o el fracaso, nos sentiríamos mucho más felices. Si pudiéramos relacionarnos con los demás con amor y compasión y no nos preocupara lo que recibiremos a cambio, lo que vamos o no vamos a conseguir, nuestras vidas estarían llenas de alegría.

El amor es el antídoto del estrés. Sin embargo, en este mundo violento, avaricioso y lleno de odio, parece difícil amar de forma incondicional. Conseguirlo constituye una lección espiritual que supone un gran reto. Si consiguieras amar de forma incondicional, si siempre fueras consciente de tu verdadera naturaleza espiritual y de tu alma, si no esperaras nada a cambio de tus acciones compasivas y voluntarias, si pudieras liberarte de los apegos emocionales a las cosas materiales... entonces nunca más sufrirías un estrés prolongado o insano en tu vida y los días y las noches estarían llenas de alegría y felicidad.

Muy pocos, o casi ninguno de nosotros, hemos nacido en un estado de iluminación espiritual. A veces debemos superar duros enfrentamientos para vencer los condicionamientos familiares o culturales ¿Cómo podemos ser conscientes desde un punto de vista espiritual cuando nuestros condicionamientos inconscientes y subconscientes crean trampas y engaños para atrapar a nuestra mente? Una manera de conseguirlo es empezar por el principio.


Empieza por ti mismo




Cuando yo era joven y libre y mi imaginación no conocía límites, soñaba con cambiar el mundo. A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que el mundo no cambiaría, de modo que acorté un poco la visión y decidí cambiar solamente mi país. Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ay!, tampoco ellos quisieron saber nada del asunto.

Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta:
"Sólo con que hubiera empezado por cambiar yo mismo", con mi solo ejemplo habría cambiado a mi familia. Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecían, habría sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el mundo.

La Crisis Económica Mundial



1) No es la primera, ni la última:
- Forma parte del modo de producción capitalista.
- Es también una oportunidad.
- El dinero solo cambia de manos.
- Procura que sean las tuyas.
2) Mantén la calma:
- Confía en tí mismo.
- Hemos salido de peores.
- Las condiciones actuales del país son ahora, distintas.
- Habla con la familia y los hijos de temas económicos.
- Lo importante es "no meterles miedo".
3) ¿Qué es una recesión?:
- Es una desaceleración de la economía.
- Las fábricas dejan de producir porque los mercados están saturados.
- Esto provoca despidos que son igual a desempleo.
- Las personas desempleadas dejan de tener ingresos.
- Su capacidad de consumo decrece.
- Su capacidad de pagar también.
4) No compres lo que no necesitas:
- Ajustate a un presupuesto.
- Evita los gastos superfluos.
- No alcohol, no cigarrillos, no parrandas.
- Encuentra formas más creativas de ganar dinero.
5) Si tienes deudas:
- Pagalas.
- Haz una negociación.
- Da la cara.
- Haz un plan para salir adelante.
- ¡Aprende la lección!
6) Si no tienes deudas:
- Sonríe
- Resiste la tentación.
- Comprar a crédito es comprometer ingresos antes de haberlos obtenido.
- La mejor forma de salir es no entrar.
7) Inicia un Plan Financiero Sólido:
- El poder del ahorro.
- El poder del interés compuesto.
- El poder del largo plazo.
- A nadie le va a importar tu situación financiera más que a ti mismo.
8) El nuevo concepto de la riqueza:
- No es cuánto dinero tienes, sino cuánto tiempo puedes vivir sin trabajar.
- Aumenta tus activos.
- Pregunta clave: ¿ Cómo sería mi vida si en este momento tuviera tan solo el 10 % de lo que he ganado toda mi vida?
9) Oportunidad:
- De cuidar lo que tienes.
- De despertar tu conciencia.
- De aprender a hacer más con menos.
10) Si tienes trabajo:

- ¡Cuidalo!- Conviertete en un recurso indispensable.
- No faltes.
- Ten iniciativa.
- Solo se quedan los mejores.
- No te la agarres con quien no tiene la culpa.
- Es tiempo de dar más.
11) Si no tienes trabajo:
- Capacítate.
- Aprende a hacer cosas nuevas.
- Conoce las nuevas tecnologías.
- No desdeñes las ventas: son la principal fuente de riqueza.
12) No desperdicies:
- Comida.
- Energía eléctrica.
- Agua.
- Recicla.
13) Remueve la energía:
- Deshazte de todo lo que no necesitas.
- No atesores.
- Sé un benefactor/a: Muchas cosas que a ti ya no te sirven, le pueden servir a otros.
14) Reprograma tu mente:
- Los problemas de dinero no se resuelven con dinero, se resuelven trascendiendo el nivel de pensamiento.
- La actitud es la clave.
- Desarrolla una cultura empresarial.
15) A pesar de la adversidad, espera lo mejor:

- ¿Y si esperando algo malo, viniera algo bueno...? Fortalece tu vida espiritual.
Hay personas pobres con una vida espiritual rica, pero tu riqueza material puede ser directamente proporcional a la riqueza de tu vida espiritual. Conéctate con la fuente de abundancias infinitas: Dios.

Tengo la edad que quiero y siento!



La edad en que puedo: Gritar sin miedo lo que pienso...
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido. .. Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa eso! ¡Qué importa cuántos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues unos dicen que ya soy viejo, y otros “que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás! ¡Estás muy viejo, ya no podrás! Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.. y otras ..es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso! ¡Qué importa si cumplo cuarenta, cincuenta o más!Pues lo que importa: ¡Es la edad que siento!Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuántos años tengo? ¡Eso a quién le importa! ¡Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!... Qué importa cuántos años, cuánto tengo, o cuánto espero… si con los años que tengo.. aprendí a querer lo necesario y a tomar sólo lo bueno!! ¿No te parece?

Dos Caminos



Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo y lamentablemente no pude recorrer los dos.
Y siendo yo un viajero solitario, largo tiempo me detuve. Y miré por uno de ellos, tan lejos como pude hasta donde se perdía en la maleza.
Entonces consideré el otro, tan recto como el anterior y poseedor quizá de mejor derecho, por que el pasto era más alto y deseaba ser recorrido aunque quienes habían pasado por allí los habían desgastado casi por igual.
Y esa mañana ambos se tendían en hojas que ninguna pisada había ennegrecido ¡Ah, dejé el primero para otro día! Y sin embargo, sabedor de que un camino lleva al otro, dudé si alguna vez regresaría.
Debería decir esto con un suspiro en algún momento, dentro de muchas eras; dos caminos se bifurcan en el bosque, y yo, yo tomé el camino menos transitado. Y ésa ha sido la diferencia. Me acompañas?