Y cuando menos lo pienso, me doy cuenta de cómo pasa veloz el tiempo...
A los seres que amamos, los tenemos al lado, muchas veces hasta los ignoramos, no nos portamos con ellos como lo merecen. Y sin darnos cuenta, llegará el día en que los añoremos y cuando queramos sentirlos cerca, ya no estarán, se han ido, el tiempo ha pasado y será demasiado tarde, ya no se podrá decir lo que nunca se dijo, y mucho menos se podrán dar los detalles que en su tiempo no dimos.
Construimos sueños lejanos, los acariciamos desde lejos, posponemos nuestra lucha por ellos, hasta dejamos ir las oportunidades, porque creemos que después será mejor y habrá más tiempo, pero cuando menos lo pensemos, y queramos intentarlo de nuevo, todo habrá pasado...
Y no es pesimismo decir lo que digo, tampoco es una lucha contra el tiempo, es ante todo, saber valorar el sagrado momento de vida, que no se repite, se nos da para usarlo bien y vivirlo como Dios quiere.
Los niños no se quedarán siendo niños, cada día van creciendo... y tarde que temprano, se irán del nido y volarán lejos, ya no volverán a ser niños, y el tiempo que no compartimos con ellos, no será igual, ya habrán crecido.
En una semana no se recuperan las materias que por no estudiar en todo el año perdimos, y cuando queramos reaccionar, el año estará reprobado, habremos caído una vez más...
Y aún hay quienes dicen que viven aburridos, que no hay nada que hacer, o que sienten que todo esta hecho, que solo esperan lo que ha de venir...
Pero el tiempo es sagrado, cada segundo se vive solo una vez, jamás se nos repite...
Muchas veces no pensamos en lo que hoy tenemos y que mañana tal vez no esté; seres queridos, oportunidades, amor, cariño, atenciones, trabajo, tesoros que no valoramos en su tiempo y que cuando queramos disfrutarlo, ya no los tendremos, habrán pasado, se los habrá llevado el mismo tiempo.
Lo que no valoramos, las palabras que nunca dijimos, el cariño que no demostramos, las personas que estando a nuestro lado nunca disfrutamos, el esfuerzo que no hicimos en su momento, el sueño que desde lejos abrazamos, lo que podíamos hacer ayer y no hicimos, aquello que pospusimos por pereza o cansancio... todo ello, va abrazado con el tiempo...
Por ello, aprovecha al máximo tu hoy, el tiempo que se te ha dado; no desesperes demasiado por aquello que quieres, porque la vida a cada cosa le da su momento; simplemente hay que estar atentos, para que no nos tome desprevenidos...
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