lo rechaza como si les trajese a la mente imágenes de un rudo sargento del ejército o de
un severo maestro.
Y, sin embargo, la mayoría de los analistas aseguran que el perfeccionamiento de la disciplina les proporcionará la llave para alcanzar todos sus sueños y aspiraciones.
En ese caso será conveniente tomarnos algún tiempo para definir lo que queremos
significar con disciplina.
La disciplina es el puente de unión entre la idea y el resultado... el pegamento que
une la inspiración con la realización... la magia que convierte una necesidad financiera en
la creación de una inspirada obra de arte.
La disciplina la comprenden bien los que son conscientes de que un aparato, para
poder volar, necesita elevarse contra el viento; de que todas las cosas buenas las realizan los que están dispuestos a nadar contra la corriente; de que deambular por la vida sin rumbo fijo sólo conduce a la amargura y al desengaño.
La disciplina es la base, los cimientos sobre los que se construyen los éxitos.
No poder cumplir nuestras metas raramente es el resultado de algún acontecimiento aislado; más bien, suele ser la consecuencia de una larga serie de pequeños obstáculos acumulados que tienen lugar por falta de la disciplina necesaria.
Estos obstáculos se producen cada vez que no pensamos... hoy,: actuar... hoy; preocuparse,
esforzarse, subir, aprender, o simplemente continuar... hoy.
Si su objetivo exige que hoy escriba diez mails y sólo escribe tres, lleva un retraso de
siete mails... hoy.
Si se compromete a realizar cinco llamadas por teléfono y sólo hace una, se ha
retrasado en cuatro llamadas... hoy.
Si su plan financiero exigía ahorrar diez dólares y no ha ahorrado ninguno, lleva una
desventaja de diez dólares... hoy.
La actitud más peligrosa es analizar el día malgastado y concluir que nada grave ha
ocurrido. Al fin y al cabo, se trata de «sólo» un día. Pero sume esos días hasta completar
un año y sume esos años hasta completar toda una vida y quizá comprenda ahora que la
repetición de los pequeños auto-obstáculos diarios pueden fácilmente convertir toda su vida en un colosal desastre.
El éxito sigue el mismo camino... pero a la inversa. Si ha hecho un plan para realizar
diez llamadas y supera su cuota hasta llegar a quince, ha adelantado cinco llamadas...
hoy. Actúe de igual manera con su correspondencia y con su plan de ahorro, y pronto verá acumularse los frutos de su diligencia a lo largo del año, y finalmente a lo largo de toda su vida.
¿Qué es lo que hace falta para conseguir una buena disciplina?
En primer lugar que sea consciente de la importancia de la disciplina en la propia
vida. Comience por preguntarse a sí mismo: «¿Qué es lo que quiero conseguir en esta
vida?» «¿Qué debo cambiar en mi vida para conseguir esos objetivos?»
En segundo lugar interpélese a sí mismo con toda sinceridad: «¿Estoy dispuesto a
realizar el esfuerzo requerido?» Si la res puesta es «sí», debe proponerse con firmeza
mantener su disciplina durante un largo período de tiempo con inteligencia, con
deliberación, en definitiva, consecuentemente.
Sus buenos propósitos serán puestos a prueba cuando surja alguna circunstancia
que pueda interferir en el mantenimiento de su disciplina, cuando tenga que actuar contra
viento y marea.
Ciertamente, la disciplina le proporcionará muchas cosas, pero lo más importante
será lo que la disciplina hará de usted: le convertirá en un ser satisfecho de sí mismo.
Incluso el sometimiento a una pequeña disciplina puede tener un efecto increíble
sobre su actitud. Y la agradable sensación que le produce ese vibrante sentimiento de
autoestima que nace al iniciar una nueva disciplina es casi una sensación mayor que la
satisfacción por la tarea, la disciplina, cumplida.
Una nueva disciplina transforma inmediatamente el sentido de su vida, como si se tratase de un barco que cambia de rumbo en medio del océano para dirigirse a un nuevo destino.
Algunos creen que la disciplina es algo antinatural bastante hacemos con vivir.
Consideran esa necesidad de cumplir algo como un ejercicio neurótico y artificial. Pero la
realidad nos demuestra que la disciplina coopera con la naturaleza, donde todo es un
continuo esfuerzo.
¿Hasta dónde crecerá un árbol? Lucha contra la poderosa fuerza de la gravedad y continúa progresando hacia la luz del sol para llegar tan alto como sea posible. Es verdad
que el esfuerzo del árbol no es un acto consciente: los árboles no tienen cerebro. Pero a usted y a mí se nos ha concedido la facultad de elegir realizar el esfuerzo y alcanzar las
cotas más altas que podamos.
La disciplina atrae las buenas oportunidades. Las mejores oportunidades siempre las
aprovechan los que han desarrollado sus facultades y tienen ambición para actuar. Y los
que mediante la disciplina y el compromiso personal se fijan las metas más altas
disfrutarán de unas oportunidades que permanecerán ocultas para siempre a los espíritus tímidos.
Disciplina es ese raro proceso donde se combinan la actividad y la inteligencia para
aplacar la ira, dar fuerza a la cortesía... que desarrolla acciones positivas y controla los
pensamientos depresivos... que se anima con el éxito ...
que mejora la salud y frena la enfermedad.
Someterse a una disciplina es un proceso que puede iniciar cualquiera. Se puede
hacer paulatinamente, paso a paso.
La novedad más excitante es que... ¡usted puede empezar... hoy mismo! No diga: «Si pudiera, lo haría. Por el contrario debe decir: «Si quisiera, podría... Siquiero puedo».
De manera que inicie ese nuevo proceso y empiece con poco. Aprenda a mantener
firme su propósito. Con ese principio, aparentemente poco importante, aprenderá cómo se siente uno al ser disciplinado. Y de aquí en adelante, el límite está en las estrellas.
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