A muchos de nosotros nos han enseñado a ser muy intelectuales, muy activos, y a empujar muy fuerte.
Podemos tener una intuición fuertemente desarrollada, pero no la hemos puesto a trabajar. En realidad, la podemos ignorar gran parte del tiempo.
Básicamente, protegemos nuestros sentimientos sensibles, vulnerables, erigiendo un duro caparazón exterior.
A medida que comenzamos a utilizar nuestra fuerza y nuestro poder interior para cuidar de nosotros mismos, respetamos nuestra necesidad de relajarnos y protegemos nuestros tiernos sentimientos, el caparazón exterior se disuelve y nos deja abiertos pero fuertes.
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