Un bosque de recuerdos y árboles inclinados, sin fuerza en el tronco.
Luces tenues que apenas dan a discernir las piedras y baches de la senda. Angustioso es andar en soledad, en silencio y con el corazón ensombrecido.
Pero sale una luz que siempre esta cerca, nunca abandona, que va por delante de los pies asegurando la tierra, velando y cobijándote con las alas de un ángel, cuando duermes llena de luz tu interior.
Secando las lagrimas que le dan más valor para protegerte y para decirte que no te preocupes. Delante esta la salida por donde vencen los rayos a las sombras. Camina y duerme para llegar a un prado bañado por tonos claros. Puedes llegar. Atrás están las sombras, delante el sol.
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