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La esperanza


La esperanza no es fingir que no existen los problemas.
Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán y las dificultades se superarán.
Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación en nuestro interior, que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.
Cuando el amor de tu vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas... el mensaje no es que no te lo mereces... el mensaje no es que no eres importante.. .
El mensaje es que tu mereces algo mejor.Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas o esperas, no lo veas como rechazo o mala suerte...
Simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas. La vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras diferentes.
Algunos buscamos amor, paz, armonía.Otros, sobrevivimos día a día. Pero no hay momento más pleno que aquel en el que descubrimos que la vida, con sus alegrías y sus penas, debe ser vivida a cada momento.
Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riqueza y siervos; o luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder de estar totalmente satisfechos y vivir una vida con verdadero significado.
Día a día tenemos ese poder, gozando cada momento y regocijándonos con cada sueño. Porque cada día es nuevo, flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros sueños.
Cada día es nuevo, y si lo vivimos plenamente, podremos realmente gozar de la vida y vivirla en plenitud...

Si yo cambiara...




Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno.

Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás, los haría felices.

Si yo aceptara a todos como son, sufriría menos.

Si yo me aceptara tal como soy, quitándome mis defectos, cuánto mejoraría mi hogar, mi ambiente.

Si yo comprendiera plenamente mis errores, sería humilde.

Si yo deseara siempre el bienestar de los demás, sería feliz.

Si yo encontrara lo positivo en todos, la vida sería digna de ser vivida.

Si yo amara al mundo ... lo cambiaría.Si yo me diera cuenta de que al lastimar, el primer lastimado soy yo!Si yo criticara menos y amara más ...
Si yo cambiara ... cambiaría el mundo.

Los días grises


Los hay, desde luego. ¡Y muy frecuentes!

Hay días en los que brilla el sol, la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... Nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.

Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.

Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.

Ese día, es un día que nació gris.

Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.

Pero...
Lo que sí puedes hacer, cuanto antes, es tomar tú mismo, tú misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!

Puedes convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.

No hay días grises... ¡todos son iguales!
Quien les da color eres tú.

Quien es capaz de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, eres tú. Quien se echa a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, eres tú. Porque no son los días los que te dan color. Eres tú quien puede pintar como desees, cada día.

Si sientes que comienza todo gris...
¡Decídete y llénalo de color!

Cierra los ojos. Respira hondo, piensa claro...
¡Y vive como nunca el día de hoy!

¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de ti mismo!

Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vas a tener.

Un viaje a tu interior


Toma un viaje a tu interior.
Una cita contigo mismo. Deja un momento esta semana solo para ti, puede ser 10 o 15 minutos pero que sea un momento para cerrar los ojos y escuchar tu voz interior, la voz de tu alma. Piensa en un lugar que te guste, en algo que te agrade y concéntrate.
Respira despacio y profundo.

Luego piensa en ti, escúchate. Este ejercicio sencillo es muy relajante.
¿Cuaántas veces has querido escapar de tu rutina diaria, tener un momento de paz y tranquilidad?

Tener un momento para concentrarte, verte a ti mismo, y hablarte, comunicarte con tu interior.Tú puedes hacerlo, algunas veces puedes ir de vacaciones, o tomar un retiro.
Pero muchas veces no tenemos tiempo para hacer eso y necesitamos un momento en nuestra rutina diaria para escuchar nuestra voz interior.

Adelante Amigo... para ya de tanta presión, de tantos sueños sin sentido, adéntrate en tu mundo interior, encontrarás allí grandes secretos que permitiran que tu vida sea más feliz...
No vivas la vida sólo en el exterior, allí dentro de tu corazón mora una gran Verdad.. y sólo te será revelada cuando tu decidas entrar...

No lo pienses más.. deja el temor... ¿temor a qué? ¿qué temes perder?
¡¡NADA!! Porque nada nos pertenece... todo aquí es temporal... busca lo eterno Amigo...
Busca esa esencia que nos lleva hacia el infinito.
En cualquier momento llegará tu fin...


¿Y qué hiciste con tu vida? ¿Sólo acumular más y más cosas?


Sólo lo que hayas cultivado espiritualmente...
¡Sólo lo que hay en tu corazón, permanecerá contigo por siempre!

Una vida para escoger


La vida es una serie de circunstancias de las que a veces no se tiene ningún control. Pero eso no significa que seas una marioneta manejada por los hilos de lo inesperado y del azar.
Siempre tendrás a tu alcance el poder de la decisión, el aceptar o negar, aprenderás atinando o fallando, de lo malo y de lo bueno.
Pero... No está bien te arrastres cuando ya andas de pié, o que pierdas tu dignidad por un precio irrisorio, porque toda la vida te odiarás por ello.
Cualquier meta que uno se imponga tiene un precio, y cuanto más alta sea ésta, mayor será el precio a pagar.
Sólo ten presente, que siempre tendrás que luchar para que lo más sagrado de ti no lo cotizen…
Son tus sentimientos