Puedes tener todo el derecho del mundo de sentirte enojado. Pero también tienes una apremiante razón para dejar ese enojo de lado. Puedes tener todos los motivos como para querer desquitarte. Pero concentrarte en emprendimientos positivos probablemente resulte mucho mejor para tus propios intereses.
Puedes tener todo tipo de motivos perfectamente comprensibles para opinar negativamente de alguien. Pero esos pensamientos negativos, así de razonables y acertados como puedan llegar a ser, solo lograrían agobiarte.
Piensa por un momento en cuán fácilmente podrías aligerar tu carga dejando caer la negatividad que llevas contigo. Rabia, reproches, resentimiento y otros pensamientos por el estilo generan un costo muy alto sin darte nada realmente valioso a cambio.
Cada pensamiento negativo consume tiempo y requiere atención, que podrían ser invertidos en actividades más productivas. Cada pensamiento negativo te empuja hacia atrás, cuando con la misma facilidad podrías estar moviéndote hacia adelante.
Cuando sientas que un pensamiento negativo está aflorando en la superficie, considera el peso muerto que trae aparejado. Luego date la vuelta, mira al frente y enfócate en la abundancia de tus oportunidades.
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